lunes, 7 de mayo de 2012


Color y trama en Nueva Córdoba

En una esquina céntrica de la capital cordobesa, Miguel Angel Roca construye un bloque con una grilla de metal y vidrio en el frente.


En la intersección de los bulevares Illia y Chacabuco de la ciudad de Córdoba, el arquitecto Miguel Angel Roca proyectó un edificio de viviendas que apuesta a convertirse en un punto de referencia en el pujante barrio de Nueva Córdoba.

Actualmente, la construcción presenta un avance de obra del 70 por ciento por lo que ya se advierte la forma en que el edificio materializa la esquina : un prisma muy puro que toma la altura del lindero sobre la avenida Illia, su frente de mayor desarrollo.

El edificio Bader muestra hoy su estructura de hormigón al desnudo. La fachada tradicional de mampostería fue descartada por Roca. En su lugar se instalará una piel vidriada totalmente transparente. Con esa decisión, el proyectista buscó integrar el frondoso arbolado de los bulevares al interior de las viviendas. “Ese encuentro de ejes verdes se continúa en las fachadas vidriadas del edificio”, explica Roca.

Ambos frentes, orientados al norte, tienen parasoles de doble vidrio laminado . Diversos volúmenes salientes y coloridos exaltan el carácter transparente de la fachada y conforman los balcones. La transparencia del edificio se logra por la utilización de carpintería de aluminio anodizado y vidrio en la totalidad de su cerramiento y, se enfatiza con la estructura metálica de los balcones, resuelta con cruces de perfiles normales U y doble T, perpendiculares a la fachada del edificio. Junto a los balcones de colores y los parasoles verticales, la estructura conforma una doble piel permeable que actúa como un tamiz de luz, señala Roca.

Los paneles de vidrio tienen una tonalidad de gris en la mayor parte de la superficie del frente. El color se incorpora con un film en el laminado en ciertos puntos estratégicos. La incorporación del color en la doble piel plantea un juego visual en tres dimensiones, donde cajas de color verde, amarillo y rojo se insertan en la trama regular rompiendo la monotonía. Como si fuera una composición neoplasticista, los planos de color agregan dinamismo a la fachada al combinar series lineales en sentido vertical y horizontal.

En Bader, Roca vuelve a experimentar sobre una fachada integral de vidrio similar a la que propusiera para el edificio Gernika años atrás, también ubicado frente a un bulevar verde y próximo al Parque Sarmiento y la Ciudad Universitaria.

Las alturas materializadas de los edificios contiguos existentes, según normativas, determinan articulaciones en planta y en fachadas para conformar la esquina. Sobre la medianera al Este, un retiro lateral califica el núcleo circulatorio, según el autor.

La construcción se lleva adelante en el marco de una sociedad fiduciaria . El edificio consta de cocheras en dos niveles de subsuelo, locales comerciales en planta baja, 13 pisos de departamentos de uno y dos dormitorios, más dos niveles correspondientes a dúplex con amplias terrazas.

En la planta baja , la esquina sin ochava está ocupada por dos amplios locales, mientras que el hall de ingreso y la rampa de acceso a las cocheras se recuestan sobre sendas medianeras.

La grilla de metal y vidrio de la fachada se repite en el corazón del edificio. Las paredes del patio de aire y luz se materializarán con una piel curva de trama regular que acentúa la horizontalidad con anillos gruesos. Para darle un rasgo de identidad a ese patio, el hueco tiene una planta elíptica. Aunque con otro lenguaje, esa idea se emparenta de alguna manera con la resolución de los dos patios interiores que Gaudí propuso en la famosa Casa Milá.

En el edificio cordobés el hueco es tangente a la medianera y coincide con el patio vertical del edificio vecino. Más allá de las comparaciones, lo cierto es que la curva cerrada recorta la vista del cielo con un sentido más poético que el clásico marco rectangular.

En la planta tipo , las unidades de dos ambientes se agrupan sobre el frente, mientras que los departamentos de dos dormitorios ocupan la esquina. “Son unidades pensadas para solos y solas y para estudiantes”, aclara Roca. Y hace referencia a la demanda de unidades chicas en las grandes ciudades donde un porcentaje importante de los hogares es unipersonal.

Por sus dimensiones, el patio interno permite la ventilación e iluminación de locales de primera categoría (dormitorio, estar y escritorio) de tres departamentos en cada planta tipo. A su vez, en todos los niveles, un amplio ventanal permite el ingreso de luz natural a la circulación común.

En el piso 14, el retiro de frente impone una amplia terraza que dobla la esquina. En ese nivel hay seis unidades desarrolladas en dúplex, más un departartamento interno de dos ambientes y planta simple. En los penthouse , de alternan resoluciones de planta diversas, con variedad de superficies para las áreas comunes y cocinas, integradas o no, donde sólo la unidad de la esquina posee un toilete en el nivel de acceso.

El sector de amenities ocupa los dos últimos niveles. Un gimnasio y salón de usos múltiples en piso 16, un quincho y asador en la terraza del nivel 17, más solarium y bar, coronan el conjunto. En el remate, una extensa pérgola de metal y madera ocupa la totalidad de la planta y copia el patio de aire y luz.